Vicenta Acero, embarazada de ocho meses, ha enterrado a su marido, Daniel Phillips, que ha muerto luego de seis meses en coma.
Alberto Fuentes es el agente del FBI que se presenta en el lugar siguiendo una llamada anónima que hizo Vicenta notificando que el asesino de su marido se encontraba en el funeral. Llega justo en el momento en que Vicenta lo está enfrentando. Vicenta rompe fuente. No hay tiempo de llevarla a un hospital, y Alberto, en medio de la nada, recibe al hijo de Vicenta. Nace entre ellos un vínculo muy fuerte a partir de este acontecimiento. Vicenta le hace prometer a Alberto, que, si a ella le pasa algo, él cuidará de su hijo. Alberto, que siempre ha querido un hijo, se toma esta promesa muy en serio…