Miguel (Domingos Montagner) es un fotógrafo traumatizado con la vida, por lo que permanece exiliado en el medio de la nada, en una expedición en la Antártida. En el pasado, ha hecho una donación anónima a un banco de esperma, lo que dio lugar a la generación de seis hijos de diferentes madres. En un momento, seis niños buscan descubrir la identidad del padre y comienzan una búsqueda clandestina para ello. Todo el mundo sabe uno al otro a través de las pistas del Internet, y establecen un vuelo hasta el lugar en el que Miguel vive. Pero los seis niños serán sometidos a varios problemas para llegar a su padre, que sobrevive al hundimiento de un buque, en la frontera entre Argentina y Chile. Su contribución ha permitido a algunas mujeres, como la lesbiana Esther (Regina Duarte), realizar su sueño de tener hijos a través de un tratamiento de fecundación in vitro. Después de ser rescatado, vivirá un triángulo amoroso con Ligia (Débora Bloch) y Marina (Vanessa Gerbelli). Ligia tendrá un hijo natural de Miguel. Las seis vidas, es decir, los seis hijos concebidos por inseminación, acaban de descubrir la identidad de Miguel y se conocen entre sí a través de Internet a través de las pistas. Juntos organizan una búsqueda clandestina y peligrosa por el padre que sobrevive a un naufrágio. Al mismo tiempo, Julia (Isabelle Drummond), joven supuestamente generada a través de la inseminación artificial, descubre el número de registro de la posesión de su donante anónimo, a través de un sitio especializado, y que tiene un medio hermano, Pedro (Jayme Matarazzo). Los dos hacen una cita que, en una serie de circunstancias, termina frustrante. De camino a casa, chocan inadvertidamente al azar, sin saber quiénes son. El breve confusión resulta en una atracción mutua, lo que hará a continuación, iniciar una convivencia marcada por el peso de un amor imposible.