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La Patrona
2013
Gabriela Suárez (Aracely Arámbula) es la única mujer que trabaja en la mina de oro que le da vida y nombre al pueblo de San Pedro del Oro. Gabriela es la hija del Tigre Suárez, el minero más experimentado del lugar, pero, por ser madre soltera y mujer, sufre las burlas y abusos de algunos de los mineros. Su carácter fuerte la hace rebelarse contra esos a abusos.

Cuando tenía dieciséis años, Gabriela era amiga y se relacionaba con Fernando, el hijo menor de Antonia Guerra, La Patrona, para los habitantes de San Pedro del Oro, la mujer más poderosa y temida del pueblo. Gabriela no quiso aceptar una relación con Fernando Beltrán y éste, encapuchado, la violó. Gabriela no supo decir quién era su violador aunque en el fondo siempre lo sospechó.

Luego descubrió que estaba embarazada de esa violación y se fue a otro pueblo a casa de una tía. En complicidad con ésta y con su madre, allí tuvo a su hijo David. Cuando regresó a San Pedro, después de dos años, dijo que el padre de su hijo era alguien que la había engañado, dejándola embarazada y se había desaparecido.

Su hijo David sufre en la escuela de las burlas y abusos de los hijos de los mineros por la condición de su madre. Gabriela vive luchando contra eso y contra su propio hijo que le reprocha que trabaje en la mina con los hombres.

El amigo y protector de Gabriela y su padre, el dueño mayoritario de la mina fallece. La mayoría de las acciones pasan a ser propiedad de su esposa, Antonia Guerra, que pronto sabemos es quién ha provocado su muerte, como la de su anterior esposo, para apoderarse de la mayoría de las acciones de la mina.

La Patrona, como llaman a Antonia (Christian Bach), es una mujer temible y voluntariosa, que envía a buscar a su hijo mayor Alejandro Beltrán (Jorge Luis Pila), guapo y rico, para que se ocupe de la mina. Este es un soltero empedernido que no le gusta estar cerca de su madre y su hermano, pero que acepta enfrentar momentáneamente la dirección de la mina para evitar que se hunda en manos de su hermano Fernando, alcohólico e inútil.

El encuentro de Alejandro con Gabriela va a ser una sucesión de enfrentamientos y atracción que terminara en el surgimiento de un romance que choca con los planes de varios personajes que se van a oponer a esa relación, principalmente Antonia Guerra e Irene Montemar.

El Tigre Suárez trata de demostrarles a todos que la mina está secándose y que se hace muy peligrosa. Antonia Guerra y Justo Villegas por su parte tratan de atraer a unos inversionistas y la posición del Tigre les estorba. El Tigre encuentra en una cueva una veta de oro riquísima. Esas tierras son propiedad de él y de Gabriela producto de una herencia.

El lugar es conocido como La barranca del Chamuco y es un lugar donde, según la leyenda, se aparece el diablo. El Tigre ha acumulado en la cueva una gran cantidad de oro y logra decirle a Gabriela que él esconde un tesoro, pero ella no le cree.

Antonia Guerra y sus cómplices, por la ambición del oro, e Irene Montemar por robarle a Gabriela el amor de Alejandro, conspiraran para destruirla a ella y al Tigre. Enterados que el padre descubrió oro lo torturaran hasta asesinarlo, sin lograr que entregue su secreto.

A Gabriela intentarán asesinarla en una explosión de la que ésta se escapa por casualidad, pero donde perecen varios mineros y Fernando, el hijo preferido, de Antonia.

El odio de La Patrona que culpa a Gabriela de la muerte de su preferido es feroz, aunque Antonia es la verdadera culpable. Gabriela será acusada de haber asesinado a los mineros a los que había amenazado públicamente por burlarse de su hijo.

Alejandro la apoya en el juicio y por falta de pruebas es absuelta, pero será encerrada en un manicomio que manejan Justo y Antonia. Allí abusaran de ella y la torturaran. Antonia, al descubrir por Irene que David es hijo de Fernando, decide atraer a su nieto y ponerlo en contra de su madre llenándolo de regalos y de una vida de niño rico.

Pero en el manicomio Gabriela conoce a Constanza, la ex esposa de Justo Villegas y madre de su hijo Ricardo, el fiscal de su causa. Constanza está confinada allí por Justo para apoderarse de su fortuna. Y también conoce a Lucho Vampa, un pícaro y simpático estafador, un hombre guapo, encantador y de muchos recursos, que se ha fingido loco en la prisión, para luego, ya en el manicomio, escaparse y lograr su libertad. Lucho se enamorará perdidamente de Gabriela y se convertirá en su consejero y amigo y en un posible triángulo con Alejandro.

Gabriela pasará varios años en aquel encierro antes que en un intento de fuga logren escaparse y a Gabriela la den por muerta en el incendio que mató a varios de los recluidos allí. Durante ese tiempo Alejandro se ha casado con Irene, aunque no ha podido olvidar a Gabriela. David se ha convertido en el nieto preferido y malcriado de Antonia Guerra.

Gabriela recupera el tesoro de su padre y se marcha con Vampa y Constanza al extranjero. Allí se transforma en una mujer elegante, educada, exquisita y a la vez irreconocible para aquellos que conocieron a la minera ruda y violenta.

Inmensamente rica y bella, Gabriela regresa al pueblo convirtiendo su aparición en un acontecimiento social. Derrochando dinero y lujos, Gabriela deja a todos boquiabiertos y rendidos a sus encantos, y empieza a llevar a cabo su venganza que ha planificado con Vampa y Constanza.

Ayudada por Gastón, el periodista del pueblo que también ha sido victima de Justo y sus secuaces, va poniendo en la picota pública a sus enemigos. Uno por uno sus enemigos que están en una lista van cayendo: presos, locos o muertos.

A Gabriela el entrarán las dudas sobre Alejandro y el papel que éste jugó en su destrucción y la muerte de su padre. Enfrentará el conflicto de recuperar el amor de su hijo y de aceptar a Alejandro, pero para eso tiene que desenmascarar a su principal enemiga, Antonia Guerra y convertirse ella en La Patrona.

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