En el rancho "San Joaquín", ubicado en el pueblo de San Miguel Allende, fallece el millonario don Alberto Duarte Solis, dueño de una gran fortuna y de una próspera finca donde se crían caballos purasangre. Su pariente más cercano es su sobrina, Florencia, que va a casarse con su ambicioso prometido, Leonardo. Éste se las promete muy felices pensando que su futura esposa será dueña de una gran fortuna, pero, para su gran horror, Florencia sólo va a heredar una pequeña parte del dinero; el resto de la fortuna de don Alberto y la finca pasarán a manos de un desconocido procedente de Madrid, Alberto Salerno.

Homero, tío de Leonardo y tan interesado como él, realiza planes para que Alberto sea arrestado por narcotráfico de camino a México. Mientras tanto, Leonardo se casa con Florencia y la anima a impugnar el testamento debido a la ausencia del heredero principal, y así ella se convierte en dueña de todo, pero sólo de nombre. No obstante, casi un año después, Alberto escapa de prisión durante un incendio y se dirige a San Miguel Allende con la idea de venganza en mente.

Su principal sospechosa es, evidentemente, Florencia, pues ella sabía que él estaba de camino y también tenía motivos para eliminarlo. Alberto, quien fuera policía, comienza su investigación. Se pone el nombre de Marcos, y consigue trabajo como un peón en la finca que técnicamente es suya. Florencia, atrapada en un matrimonio que no se ha consumado, se siente atraída por el nuevo trabajador.